jueves, 10 de abril de 2014

"Patatas guisadas con rape y guisantes"




Si este calor es el que tenemos comenzando abril  yo me pregunto ¿sobreviviremos al verano? Diooooooos!!!!! Esa agradable sensación de que tu cuerpo se va deshaciendo poco a poco… Uffff!!!!
Pero aunque esta receta solo verla da sofoco es rápida de preparar, sienta bien recién elaborada o al día siguiente y tiene la gran ventaja de las recetas que, para madres veloces, estresadas y algo histéricas, “se preparan sin sentir”,  abuela Dolores dixit.
Esta receta tiene algo que me encanta y es que la esencia, a mi entender, son los riquísimos guisantes tiernos de los que podemos disfrutar. Me encanta llegar al mercado y encontrar esas vainas verdes preciosas y pensar en  los platos tan ricos y tan saludables que podemos elaborar.
Otra fortaleza de esta receta es que es muy completa porque lleva las vitaminas de las verduras frescas, los ricos carbohidratos de la patata y nos permite utilizar distintas variedades de pescado. Yo suelo utilizar cazón troceado o rape. 
Ingredientes
  • 2 puerros medianos
  • ½ cebolla
  • 100 g de guisantes tiernos (el peso es ya sin vaina)
  • 4 patatas medianas apañadas
  • ½ vaso de vino blanco
  • ½ k de cazón o rape troceado
  • AOVE
  • Sal
Elaboración 
A lo mejor soy un poco cansina con lo del aceite de oliva virgen extra pero reconozco que en esta santa tierra jiennense estamos muy mal acostumbrados y yo creo que no somos capaces de utilizar un aceite mediocre, así que permitidme ser pesada y que os pida que busquéis  buen aceite por paladar y por salud.
Troceamos el puerro y la cebolla y lo sofreímos, cuidado con el puerro que se dora en un suspiro. Echamos ahora el pescado troceado y lo rehogamos con la verdura troceada.
Cortamos las patatas en cachelos, o lo que viene siendo que crujan al partirlas, es decir, metemos el cuchillo y a la mitad partimos las patatas. Y ahora os preguntareis ¿para qué?, buena pregunta!!!! Pues para que la patata suelte el almidón y el caldo espese.
Echamos sal al gusto, pero poca eh???que es muy malita para el corazón y se retienen muchos líquidos y ya llega el verano.
Damos un par de vueltas y añadimos los guisantes y el vino y cubrimos de agua la preparación. 
Rehogamos a fuego medio-alto durante 25 minutos. Si dejamos la olla poco tapada mejor para que se vaya consumiendo un poco el agua y espese un poquito el caldo.
Aquí tenéis un plato muy completo que si lo acompañamos de una ensalada fresca de primero o un gazpacho triunfamos.




martes, 18 de marzo de 2014

"Depression cake o pastel para tiempos de crisis"



Aqui tenéis un pastel sencillo, para un apuro y muy rápido de hacer. Rebuscando por muchos sitios casi todos coinciden en que el origen procede la Segunda Guerra Mundial, en la que las escasez de lácteos y huevos, además de otro montón de cosas, era más que evidente. 

Ante la falta de materiales y demás la mezcla de los ingredientes se realizaba en el mismo recipiente en el que se horneaba o cocía el pastel.

Probablemente no sea el pastel de vuestros sueños pero a mi me parece muy muy digno y sobre todo para una tarde que apetece bizcochete y no tenemos lo que necesitamos para algo más elaborado o específico.

Y ahora vienen los ingredientes, veréis que os vais a sorprender.

Ingredientes

- 1 1/2 taza de harina normal (mucho mejor de repostería y a poder se de calidad)
- 3 cucharadas soperas de cacao puro en polvo (yo utilizo valor)
- 1 taza de azúcar 
- 1 cucharadita de bicarbonato sodico o 1 sobre de levadura química
- 1 pizca de sal
- 5 cucharadas de aceite de girasol (no he probado con aceite de oliva pero también ha      de estar muy bueno aunque quizá algo menos suave)
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 1 cucharadita de vinagre
- 1 taza de agua
- Azúcar glas para decorar


Preparación

Mientras el horno se precalienta a 180º empezamos con la mezcla. Yo prefiero mezclar por un lado los ingredientes sólidos y por otro los líquidos. Si queréis darle un poquito de aire a la masa y que tenga más volumen y más esponjosidad tamizar la harina y la levadura.

Mezclarlo bien todo es muy muy importante, primero para evitar grumos y segundo para que el sabor sea equilibrado.

El recipiente que utilicé fue uno rectangular no muy grande. Lo untamos de mantequilla para que se despegue con facilidad.

Horneamos entre 20-25 minutos a 180º, siempre dependendiendo de nuestro horno, el mío calienta como una mala bestia por lo que como no me ande con ojo la fastidio en un suspiro.

Cuando acabemos de hornear lo sacamos del horno y esperamos a que se enfrie.

Cuando esté a una buena temperatura espolvoreamos con azúcar glas y un colador y listo para disfrutarlo.