Aquí tenéis una receta rápida, sencilla y que va a triunfar
en vuestras casas.
Los grisines o colines o como queramos llamarles son un
tentempié excelente, relativamente ligera y perfecto para el aperitivo. Otra gran
ventaja es que admite mil y una variaciones por lo que merece la pena hacer el
esfuerzo.
Los primeros que hice, que son los de la imagen, no llevan semillas
pero podéis añadirles según os plazca, semillas de lino, amapola, sésamo, anís…
o también tomates secos picados, un poquito de ajo y perejil,…¡imaginación al
poder!
Otra gran ventaja es que son muy rápidos de hacer, pero mucho,
y que tienen ese toque de aceite de oliva que los hace especiales y sabrosos.
Ingredientes
- 300 gr de harina de fuerza
- 25 gr de aceite de oliva
- 7 gr de levadura fresca de panadero
- 4 gr de sal
- 160 gr de agua (esta cantidad de agua va a depender del tipo de harina que utilicéis ya que hay harinas que absorben más que otras)
- 300 gr de harina de fuerza
- 25 gr de aceite de oliva
- 7 gr de levadura fresca de panadero
- 4 gr de sal
- 160 gr de agua (esta cantidad de agua va a depender del tipo de harina que utilicéis ya que hay harinas que absorben más que otras)
Elaboración
La masa se elabora como si fuéramos a hacer pan, y aquí cada
uno pues tiene sus métodos, pero para almas inquietas y principiantes seguid
este proceso: ponemos la harina en un bol o fuente (la calidad de la harina es
fundamental para cualquier producto panadero que elaboremos). En una parte de
la harina desmenuzamos la levadura con los dedos y en la otra parte ponemos la
sal, cuanto más fina mejor, y ahora echamos el aceite de oliva, a ser posible
de Jaén (jajaja!!!!!). Y comenzamos a verter el agua, poco a poco, por si
nuestra harina no la admite toda.
Y comenzamos el momento mágico de la mezcla con las manos. Poco
a poco vamos dando forma a nuestra masa hasta que todos los ingredientes estén
perfectamente integrados, probablemente quede una masa algo pegagosa pero es la
garantía de que nuestros grisines estén de lujo.
Untamos un cuenco con un poco de aceite de oliva, colocamos
la masa y tapamos con un paño de algodón o lino que esté húmedo para que no se
reseque la masa. Dejamos que repose a temperatura cálida, de eso ahora andamos
sobrados, durante 1 hora o hasta que doble su volumen. Con el calor que hace,
sobre todo por aquí por el sur, los tiempos son bastante menores.
Cuando haya pasado este tiempo enharinamos un poco la
encimera y con el rodillo vamos aplanando la masa, procurando darle forma
rectangular. La dejaremos con un centímetro de grosor, más o menos.
Ahora cortamos tiras finas de la masa que iremos depositando
en la bandeja de horno, que habremos cubierto con papel vegetal.
Y como al fin y al cabo lo que estamos haciendo es pan para
al levado. Tapamos de nuevo las tiras con un paño húmedo y dejamos que repose
en lugar cálido durante media hora.
Mientras tanto precalentamos el horno a 220º. Cuando esté
caliente bajamos la temperatura a 200º y horneamos durante 10 minutos o hasta
que veamos que están dorados.
Cuando estén preparados los dejamos enfriar en una rejilla. Se
conservan bien en un tarro de cristal.
Vaya colines ricos!!! y las fotos estan de maravilla, me encanta tu blog!!
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